Porque no solo de esmalte viven las uñas, nada como mimar, cuidar y nutrirlas para lucirlas fuertes y en plena forma.
No basta solo con pintarlas, las uñas requieren un cuidado específico y frecuente para que estén bonitas, y lo más importante: sanas.
Hay quienes se han mordido las uñas durante mucho tiempo y la uña se ha deformado o no crece correctamente. Estas personas tienen una duda: una vez mordidas ¿Vuelven a crecer bien con el tiempo?
Se dice que la onicofagia, es decir, la costumbre de morderse las uñas, daña su forma para siempre. Esta afirmación no es del todo equivocada, pero tampoco del todo cierta.
Morderse las uñas de vez en cuando no las estropea, pero sí es un hábito que hemos adquirido durante mucho tiempo (y se mantiene en el), se pueden provocar traumatismos e infecciones que acaban afectando a la raíz de la uña (el área desde la que nace), y, con ello, altera su crecimiento.
Tratamientos de belleza para nuestras uñas
Hacerse la manicura en esos casos, aunque esten muy dañadas, puede ser una buena manera de evitar morderlas. Al vernos las uñas cuidadas y bonitas ayuda a tomar conciencia sobre el hábito incosciente de morderlas.
Hay ciertas cosas que resultan perjudiciales para las uñas, como por ejemplo el agua.
El agua lo que hace es disolver los elementos que mantienen unida la queratina que compone las uñas, especialmente la urea y el ácido láctico, sus principales agentes higratantes.
Por eso, sí las sumergimos durante un largo periodo de tiempo, se volverán más frágiles, se matificarán y amarillearán.
Para un cuidado adecuado de estas uñas es esencial una buena hidratación. Para una rehidratación intensiva, busca en la farmacia una loción que contenga urea en un porcentaje del 5% al 20%, y no la apliques más de dos veces al día.
Un mito muy extendido es que las manchas blancas en las uñas es un síntoma de falta de calcio en el organismo. Nada más lejos de la realidad, son defectos en el crecimiento que pueden ser debidos a un golpe cuando se estaba formando la uña.
Pese a que las cuidamos habitualmente puede ocurrir que tengamos ciertos problemas más específicos. Un moratón que no desaparece…Una uña que amarillea de forma constante…Que se abre en capas y no cura…Con una especie de polvo que se forma bajo la uña…Todos estos pueden ser síntomas de onimicosis, es decir, de hongos.
En caso de sospecha, hay que acudir al dermatólogo o al podólogo y aplicarnos pacientemente un antihongos.
Y decimos pacientemente porque, dado que las uñas crecen de 1 a 2 milímetros al mes, para que una uña se renueve por completo, desde la raíz hasta la punta, pueden pasar hasta 10 meses. ¡Incluso más si es una uña del pie, cuyo crecimiento es más lento!
Sí, las uñas de las manos crecen el doble que las de los pies, que son doblemente gruesas, y las de los hombres, más rápido que las de las mujeres. Crecen más rápido en verano que en invierno, y más aún durante el embarazo.
Correr puede ser otra cosa perjudicial para las uñas. En concreto para las de los pies, y especialmente la del dedo gordo que es la que se lleva la peor parte pudiendo producirse microtraumatismos cuando el dedo golpea el borde de la zapatilla.
Por eso es importante llevar media talla más de deportivas.
Para tener unas uñas ultraresistentes sigue los siguiente consejos:
- Protégelas al lavar y limpiar usando guantes y nunca las utilices para abrir latas.
- Toma alimentos ricos en vitamina B, pescado azul, hígado, nueces, huevos, levadura de cerveza…
- Una vez cada dos días, sumerge las uñas en un baño de aceite de oliva templado para nutrirlas.
- No uses una lima pulidora ya que debilita su superficie. Una vez cada tres meses es el máximo.
- Usa complementos nutricionales capilares ya que también tienen efectos positivos en las uñas.
Y no solo debes cuidar tus uñas, son igualmente importantes tus cutículas.
Estas tienen una sola razón de ser, y no es precisamente dar trabajo a la manicurista, sino proteger y resguardar el lecho de la uña. Dañarlas puede ser causa de infecciones y puede dejar secuelas en el crecimiento posterior de la uña, tales como estrías, manchas o líneas blancas.
Las cutículas mejoran notablemente cuando las hidratamos. Masajear la crema de manos en esta área es buena idea, pero a menudo necesitan activos con más capacidad de penetración. Usar un aceite específico o una crema de pies (que contienen urea, lanolina o glicerina) en el área las suaviza y mejora.
Cortar las cutículas no hace que crezcan más rápido, pero si puede endurecerlas y, por tanto, hacerlas más quebradizas y frágiles. Con estos consejos tus uñas estarán más sanas, más fuertes y más bonitas.